10 octubre 2013

CUANDO LA NOCHE TE ALCANZA

Llega la noche o quizás sea mejor decir la noche nos alcanza con su tristeza, con su soledad, con sus nostalgias, es para muchos la peor parte del día, yo lloro y quizás no lloro tanto por mi soledad como por la tuya. Cuando la noche nos alcanza cada uno la afronta como mejor sabe, unos limpiando la casa, otros inventándose pasatiempos, otros, quizás los más, solo dejan pasar las horas esperando que el sueño reparador los envuelva en su manto de olvido.

Yo soy de los que intentaban inventar pasatiempos o buscar relaciones nuevas en la red hasta que un día sucedió lo mas asombroso que jamás me ocurrió.

Era de noche, acababa de sufrir mi enésima desilusión, me habían roto el corazón, me habían dicho que mi forma de ser, de hablar en lugar de agradarle les hastiaba, les cansaba a casi todos, en pocas palabras que era un pesado, desesperado y triste, terriblemente triste fui a encender el ordenador que antes en un acceso de furia había apagado, cuando una sobrecarga de tensión eléctrica cruzó todo mi cuerpo, quedé inconsciente, caí al suelo y perdí la noción del tiempo.
Al despertar me encontré en la cama de un hospital, me sentía raro, como muy cansado, pero pensé claro con la descarga que has sufrido cualquiera no se siente así, cuan equivocado estaba, habían pasado varios años, y ahora una vez despierto veía con más claridad, si antes estaba solo ahora lo estaba más, en esos años todo y todos habían desaparecido y yo era un cuarentón, patético, sin al parecer amigos, creía no tener amor creía no tener futuro ni apenas pasado. Cuando pude hablar después de unas horas de aceptar mi situación pregunté si alguien había venido a verme, sabía que era casi imposible que alguien excepto quizás mi familia hubiera venido, pero debía preguntarlo, naturalmente nadie, así que aquí estaba, solo y extraño, con casi todo perdido, pero no, todo no, si antes temía la llegada de la noche ahora no era así, había ganado algo, ahora cuando la noche me alcanza una y otra vez, no la temo, simplemente la vivo, es duro vivir pero es bello si esa dureza la vives conscientemente.

Aunque la noche te llegue con su infinita soledad, con su dolor y su pena debemos vivirla, debemos afrontarla y lo más importante debemos superarla, yo eso me digo cada noche.