10 octubre 2013

El dulce sueño de una noche de verano

Todo es posible en verano, pero lo que os voy a contar sucedió en pleno invierno, y es algo a lo que aún estoy dando vueltas, es como si hubiera sido un dulce sueño en una noche de verano. Conocí a mi dulce sueño de verano una noche, no físicamente sino por este mismo medio que nos ocupa, Internet, ¿Cómo describirla?.

Una joven mujer de ojos maravillosos, un pelo que es un sueño y una sonrisa que alegra hasta los más tristes corazones, ni que deciros que su cuerpo levantaría pasiones por cualquier calle que pasara. Es una persona que aunque vital y aparentemente muy extrovertida, en el fondo es tímida en lo referente a sus sentimientos y teme que la descubran en sus mas íntimos deseos. ¿ Qué es lo que quiere ella?, si lo supiéramos alguno de los muchos admiradores que tiene quizás pudiéramos ofrecérselo. Bueno a lo que iba, la conocí, me quedé prendado de su belleza y estuvimos hablando largo y tendido, no una ni dos ni tres noches sino bastantes más, aprendí a conocerla, todo lo que se puede llegar a conocer a alguien y menos por este medio.

Un día desapareció, deje de verla y unas semanas más tarde volvió a aparecer en mi lista y en mi vida, ya todo parecía diferente, no en lo superfluo pero si notaba yo que no había la misma confianza, no se algo había cambiado. Pasaron los días y todo parecía haber vuelto a lo de antes, esa maravillosa simpatía esa frescura en su forma de hablar, pero no, todo no era igual, yo me sentía secretamente atraído por ella y no estaba dispuesto a arruinar esa sensación de camaradería y de amistad con mi declaración, aparte os debo confesar que si veo que no tengo posibilidades de salir vencedor en temas de amor procuro quedarme en eso, en admirador secreto, en divino y genial compañero.
Todo iba viento en popa, yo admirándola secretamente, ella feliz de tener un amigo tan divertido como yo puedo ser y por miedo a que un día apareciera alguien en su vida que se sintiera atraído por ella y consiguiera atraerla, ese miedo me llevó a un día declarar mis sentimientos, ¡maldito día!, ella no dijo nada, solo me miró con esos maravillosos ojos y me dijo que éramos amigos y que no lo estropeara.

Ahí acabó mi aventura, sin haber comenzado, pero si que he sacado en claro dos cosas, conocí a una mujer maravillosa y la segunda es que aunque pierdas a una amiga, si sientes algo por alguien díselo, nunca se ha escrito nada de los cobardes, pero de héroes muertos están llenos los libros de historia.

Yo en mi historia soy un héroe que murió a sus ojos al declararle mi atracción por ella. Pero qué mas da, el conocerla y haberla tenido como amiga es un honor para mi y más honor el haberla amado.