10 octubre 2013

EN LA FERIA

Se me acabó el carbón decía la maquina del tren de la bruja a uno de los cochecitos del túnel del amor, pero he disfrutado mucho, hoy muchos niños se subieron y a muchos hicieron reir gracias a mi, bueno no está mal le respondía el cochecito, pero yo he logrado que un montón de parejas se besaran, yo consigo calentar los corazones o en algún caso reavivar pasiones olvidadas. En esas y similares discusiones entraban cada noche todas y cada una de las atracciones de la feria, bueno todas todas no. En el tío vivo había dos figuras que no se reían, que casi no hablaban con las otras, eran dos caballitos que siempre estaban en silencio, todos sabían porque y todos respetaban su silencio motivado por la profunda pena.
¡¡Ahh el amor!!, que duro es amar, pero mas duro es amar en la distancia. Resulta que durante muchos años cabalgaron juntos, a la par en el tío vivo, cuando ella subía el bajaba pero siempre al lado uno del otro, se hablaban poco pero se miraban y con la mirada todo se lo decían, eran el uno del otro. Ella tan linda con las cinchas rosas, el con esa silla de montar marrón quedaba tan apuesto, pero en la ultima revisión del tío vivo, esa tan a fondo que hicieron, al montarlo se equivocaron y los pusieron cada uno el el extremo opuesto
Solo se podían entrever cuando había poca gente o cuando estaban frente a la puerta de mantenimiento, esa que está en el centro del tío vivo. El encargado del engrase como se había percatado cada noche se las apañaba para dejarlos de tal manera que se pudieran ver, así pasaban los días, el dueño pasó de ser joven a hombre maduro y por último a anciano. Ese año era sabido por todas las atracciones que era el último del tío vivo, no se sabía si lo desmontarían o bien conseguiría venderlo a alguien que lo restaurara y lo volviera a poner en marcha.
Llegó el día de desmontar la feria, se iban ya al último pueblo antes de acabar la temporada de ferias de la comarca, y por casualidad o por la mano del engrasador los dos caballitos los pusieron juntos en la misma caja, eso nunca antes había sucedido, subieron la caja junto a las demás piezas del tío vivo al camión que los llevaría, y se fueron a cenar. Al rato alguien gritó fuego fuego, el camión entero era pasto de las llamas. Los técnicos del seguro dijeron que el incendio se debió a una colilla que alguien arrojó al camión, pero todos sabemos que no fue así, fue la pasión y el amor que sentían el uno por el otro que los fundió en una sola llama. Desde entonces todos los cuidadores de los tío vivos del mundo saben que los caballitos van en pareja y que no es conveniente separarlos, por si las llamas.

¿Alguien ha visto a mi hermosa caballita de feria?